Santillana del Mar es una de las villas más bellas de España, sin duda alguna. Es uno de los pueblos más turísticos y más visitados de Cantabria, siendo una parada imprescindible para los turistas que visitan la región.
Situada en el extremo oeste de la costa occidental, conserva también un gran patrimonio histórico-artístico, lo que la convierte en un enclave turístico de primer orden. De hecho toda ella es Conjunto Histórico Artístico por Decreto del año 1943. Desde julio de 2013, Santillana del Mar forma parte de la red Los pueblos más bonitos de España.
El caminante puede sentir en sus calles empedradas cómo la historia asoma a cada paso, un retorno a la Edad Media que afortunadamente es obligatorio recorrer a pie al estar vedado o restringido el tráfico. ¿Por dónde empezamos? Te propongo iniciar la visita por el Museo Diocesano, ubicado en el edificio del antiguo convento de frailes dominicos, bajo la advocación de Regina Coeli (la Reina del Cielo).
Un siguiente paso es adentrarnos por una de sus empedradas calles en dirección al edificio más representativo y la joya más importante del Románico de Cantabria. Se trata de la Colegiata de Santa Juliana del siglo XII. En el paseo por la villa hay otras “joyas” como la Torre de Don Borja (sede de la Fundación Santillana), la Torre de Merino, el Palacio de Velarde (siglo XV), así como mansiones y palacios señoriales del siglo XVIII, entre los que destacan el Palacio de Valdivieso, Casa de los Quevedo y Cossío, Casa de los Abades, Casa de los Villa, Casa de Leonor de la Vega, Casa de Barreda-Bracho (actual Parador Gil Blas), Casa de Bustamante, Palacio de Benemejís, Convento de las Dominicas o el propio Ayuntamiento, con una gran balconada de hierro fundido y un escudo. Junto a este se localiza la Casa de la Parra (siglo XVI). A su lado, y ya a mediados del siglo XVII, se construyó la Casa del Águila. Algunos de esos edificios acogen actualmente instituciones de carácter cultural.
Palacio de Velarde
Hablar de Santillana del Mar es hablar por supuesto de la Cueva de Altamira, conocida mundialmente por sus pinturas prehistóricas, descubiertas por Marcelino Sanz de Sautuola en 1879 y catalogadas como Patrimonio de la Humanidad. La villa cuenta asimismo, con un Zoológico y Jardín Botánico de importantes dimensiones, destacando un insectario colonizado en su totalidad por mariposas de muy diversas características y procedencias. Y en Navidad, no estaría de más aprovechar la visita para recorrer la ruta de los belenes así como para conocer la escenificación del Belén Viviente, además de su famosa cabalgata de Reyes, que junto con el Auto Sacramental, es Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2009.
Colegiata de Santa Juliana
Torre de Don Borja junto a la Torre de Merino
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