Aunque en dos días es imposible conocer una ciudad, aunque sea de pequeñas dimensiones como Santander, hay sitios que son imprescindibles visitar para que te lleves un buen recuerdo de ella y te queden ganas de volver.
Si tienes solo dos días, lo importante es planificar bien la visita, como es lógico, aunque tampoco está de más que te reserves unas horas para perderte o deambular por las calles y rincones de una ciudad que, como todas, guarda sorpresas y pintorescos rincones.
Día 1
Te proponemos, para que puedas conocer un poco más esta ciudad, que te acerques hasta el Centro de Interpretación de la Historia de la ciudad, ubicado en la torre campanario de la catedral. Desde este sitio y una vez visitado el templo, tienes muy cerca el Centro Botín, un espacio cultural inaugurado en junio de 2017 que aspira a convertirse en referente cultural nacional e internacional.
Catedral de Santander
A escasos metros, bajo la Plaza Porticada, puedes visitar el Centro Arqueológico de la Muralla medieval, un auténtico viaje al pasado de la ciudad sobre la que caminas.
Todos estos espacios forman parte del Anillo Cultural de Santander junto al Centro de Interpretación de los antiguos Muelles, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, el Refugio antiaéreo “descubierto” en 2016 y la Ruta del Incendio que arrasó el caso histórico en el año 1941.
Centro Arqueológico de la Muralla Medieval
Por la tarde, y después de comer en algunos de los restaurantes del entorno, te vendrá bien estirar las piernas así que si sigues por el paseo marítimo, verás la hilera de fachadas de casas tan características de Santander y llegarás hasta el Club Marítimo.
Si continúas hasta el Museo Marítimo, estarás ya muy cerca de la zona de playas como las de los Peligros y La Magdalena. Para despedir el día, un paseo hasta Cañadío y las calles Peña Herbosa, Hernán Cortes y circundantes, te permitirá conocer algunas de las zonas de más ambiente de la ciudad.
Día 2
Sin duda, una de las joyas de Santander es su península de La Magdalena, con el palacio del mismo nombre, y que fue residencia de la realeza. Son 25 hectáreas de extensión pero no te preocupes porque hay un tren turístico, ‘el Magdaleno’, que la recorre.
Una vez que dejas atrás la Magdalena, puedes caminar por el paseo que bordea la playa del Camello, denominada así por la estructura rocosa que recuerda a este animal y la playa de La Concha, hasta llegar hasta la plaza de Italia, donde se alzan majestuosos el Gran Casino, construido en 1916, y el Hotel Sardinero.
Plaza de Italia, flanqueada por el Gran Casino y el Hotel Sardinero
Una buena alternativa al recorrido a pie puede ser el autobús turístico cuya ruta recorre toda la zona costera
Desde la plaza de Italia puedes continuar hasta los jardines de Piquío y asomarte a la playa del Sardinero. Si te quedan ganas, aún puedes llegar hasta el faro de Cabo Mayor y contemplar el inmenso lienzo azul del mar Cantábrico. Volviendo sobre tus pasos, te será inolvidable el atardecer desde cualquier punto. Y por supuesto, en todo este entorno existe una amplia oferta de lugares de restauración en los que podrás reponer fuerzas y descansar de tus paseos.
Más información
www.santander.es
www.turismo.santander.es
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