La oferta cultural de Santander guarda un rico patrimonio en el denominado Anillo Cultural, un céntrico itinerario que ofrece en un cómodo recorrido toda una serie de espacios para visitar y conocer un poco más a fondo la ciudad en la que nos encontramos.

Entre estos espacios se encuentran la Torre de la Catedral, el Centro Arqueológico de la Muralla Medieval y el de Interpretación de los antiguos Muelles, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria y hasta el refugio antiaéreo descubierto en el año 2006.  En este mismo anillo se encuentra la Ruta del Incendio que arrasó el centro histórico en 1941 y, tras su inauguración en junio del año pasado, el Centro Botín, que sin duda se convertirá en el símbolo de la ciudad y en un referente cultural en España. Los jardines de Pereda anexos son una buena excusa para tomar un respiro antes de acercarnos hasta otro de los emblemas de Santander de visita obligada. Estamos hablando del Palacio de la Magdalena, ubicado en la península del mismo nombre y que fue residencia oficial de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

El Palacio de la Magdalena

es un espacio de visita obligada

Desde este punto es posible acercarse hasta las playas del Sardinero y a los numerosos parques y zonas verdes de la ciudad en los que disfrutar de un merecido descanso o hacer deporte, como los de Mataleñas y Las Llamas, así como el entorno de Cabo Mayor. A la hora de reponer fuerzas, Santander ofrece una amplia y variada oferta gastronómica.

La oferta gastronómica incluye los mejores productos de la mar y tierra

En los mercados de la Esperanza, Plaza de México y de Puerto Chico, es posible encontrar algunos de los mejores productos de la mar y la tierra,  pero si no se quiere esperar, también es posible degustarlos in situ, en los numerosos establecimientos hosteleros de la ciudad, eso sí, sin olvidar el picoteo o la degustación de pinchos si no tenemos mucho tiempo. Y ya que estamos en la calle, seguramente nos hará falta hacer alguna compra o llevar algún recuerdo. Las calles comerciales de Santander son así un espacio abierto en el que conviven las grandes firmas con establecimientos de toda la vida.

La Ruta del Incendio transcurre por algunos de los lugares arrasados por el fuego en 1941