¿Te apetece sentirte como un legionario romano o un peregrino por unas horas o durante varias jornadas? Pues en Cantabria hay una senda llamada ‘En busca de la Vía de Agripa’ en la que puedes experimentar o probar a ser uno de aquellos soldados romanos que se adentraron en el territorio cántabro en pos de su conquista, o también puedes elegir el papel más pacífico de peregrino en su camino hacia el sepulcro del Apóstol Santiago.
Te sentirás como un romano o un peregrino si la recorres
La senda ‘En busca de la Vía de Agripa’ se llama así por el nombre del general Marco Vipsanio Agripa y se convirtió posteriormente en ruta jacobea en la Edad Media para los peregrinos, que la utilizaban como una alternativa más segura al camino de Santiago por el norte, porque les evitaba el peligro que suponía cruzar la bahía de Santander.
La ruta recorre 53 kilómetros y atraviesa 9 ayuntamientos: Bareyo, lugar de su arranque, Ribamontán al Mar, Ribamontán al Monte, Entrambasaguas, Medio Cudeyo, Villaescusa, El Astillero, Camargo y Piélagos, donde la senda se une a la otra vertiente del Camino de Santiago, más ceñida a la costa.
La asociación Vía de Agripa está siendo clave para canalizar voluntades y reivindicar junto a los 9 municipios por los que transcurre esa senda que este trazado se sume al del Camino de Santiago y que se declare, como este último, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Mientras se espera este reconocimiento, los municipios y la asociación, han puesto en marcha un programa de dinamización y de difusión de esta ruta para que los viandantes y peregrinos conozcan el rico patrimonio cultural y natural que atesora, que abarca desde marismas a parques, un importante número de iglesias y ermitas así como interesantes muestras de arquitectura civil como casonas y puentes. Desde la asociación Vía de Agripa proponen hasta cinco etapas.
Etapa 1
La primera etapa tiene su arranque en la Iglesia de Santa María de Bareyo, donde quedan restos entre sus muros que permiten suponer una edificación primitiva del siglo IX, y concluye en el albergue de Güemes. Durante esta jornada, parte del camino se realizará por la carretera, que continúa manteniendo su nombre de Camino Real.
Etapa 2
El segundo día nos adentramos por el Monte Calobro, desde el que podremos disfrutar de unas magníficas vistas de la Bahía de Santander. Ya en el municipio de Ribamontán al Mar, contemplaremos la iglesia de San Salvador de Castanedo, con un retablo de estilo neoclásico del siglo XVII. Algunas fuentes sitúan en este lugar una abadía que era parada obligada para peregrinos y transeúntes. El camino continúa hasta Villaverde de Pontones, ya en el término municipal de Ribamontán al Monte. En esa localidad hay que destacar el hermoso palacio de Mazarrasa y la iglesia de Santo Tomás.
Etapa 3
Nos dirigimos en dirección a Hoznayo y caminamos por la antigua carretera, hoy prácticamente sin circulación, que discurre paralela al río Aguanaz, y nos adentramos en el municipio de Entrambasaguas. No hay que perderse la Fuente del Francés, lugar de indudable belleza. Tras remontar la loma del alto del Bosque, accedemos a la localidad de Medio Cudeyo, donde es imprescindible la visita a la finca-museo Marqués de Valdecilla.
Etapa 4
Salimos de Solares, bordeamos el embalse de Heras y ascendemos por la ladera este de Peña Cabarga hasta llegar a la iglesia de Santiago de Cudeyo. Ya en territorio de Villaescusa, alcanzamos el santuario de Nuestra Señora de Socabarga, frente al cual se emplaza la Casa de Postas. En ese municipio se encuentra la cueva del Morín, en la que apareció uno de los enterramientos humanos más antiguos de Europa.
Etapa 5
La senda nos conduce hasta el puente de Solía, el mejor lugar por el que antiguamente se salvaba la ría. Pasado el mismo nos internamos en el municipio de El Astillero por la puerta de entrada de Villa Rosario o La Generala. Tras cruzar las vías del tren por Guarnizo, llegamos hasta la localidad de Camargo por la Venta de la Morcilla. Avanzando por esa zona nos sorprende el paraje de El Pozón de la Dolores y nos deleitaremos con el entorno natural formado por el Área Natural de Especial Interés de Peñajorao-El Pendo, con su cueva Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO. Tras alcanzar un alto, nos adentrarnos en la localidad de Piélagos, donde nos aguarda la ermita de Santa Ana como antesala de la panorámica que nos ofrece la Torre de Velo y el puente medieval de Arce-Oruña. Esta infraestructura se construyó en el año 1585 sobre el río Pas.
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