El Parque Nacional Picos de Europa cumple 100 años con muy buena salud. En sus más de 67.000 hectáreas, que abarcan territorio de Cantabria, Principado de Asturias y Castilla y León, existe una gran cantidad de tipos de suelo y, sobre todo, una impresionante variabilidad altitudinal, con casi 2.500 metros de desnivel en un espacio relativamente reducido.

Ello unido a la influencia de la relativa cercanía de la mar, confluye en el  amplio número de ecosistemas que aparecen en el Parque Nacional, con una flora de extraordinaria variedad, con más de 1.600 especies presentes, y una singular fauna asociada a esos ecosistemas, con presencia de algunas de las especies más singulares de la fauna ibérica.

Pero los valores florísticos y faunísticos de los Picos de Europa no son los únicos de importancia del Parque Nacional, en el que las singulares formaciones geomorfológicas derivadas de los procesos de glaciarismo cuaternario actuando sobre un macizo montañoso de especial conformación litológica, así como los fenómenos de karstificación, han conformado un paisaje de excepcional variabilidad y valor estético, en el que se alternan los profundos cañones excavados por los ríos, con una flora de tendencia xerófila muy singular, las impresionantes canales que se descuelgan sobre ellos desde 1.500 y más metros de altura, los bosques de haya y de roble, y el muy peculiar bosque mixto cantábrico, las praderías que ha originado la secular acción del hombre con sus ganados y, por encima de todo y presidiéndolo, las impresionantes peñas calizas, en permanente proceso de alteración por la acción erosiva de agua, hielo y viento.

La característica más relevante de este extraordinario espacio es el hecho de ser único Parque Nacional español que presenta poblamiento interior, con 20 poblaciones y 3 términos municipales íntegros dentro del Parque Nacional, que cuentan con 1.200 habitantes.

Dichos habitantes, como es lógico, han venido desarrollando y siguen haciéndolo en la actualidad, un uso del territorio que ha modelado en buena medida sus paisajes, particularmente mediante su actividad ganadera y de explotación, en pequeña escala y sobre todo para la obtención de leñas, de sus masas forestales.

Por ello la gestión del Parque Nacional tiene en cuenta a estos habitantes y la necesidad de dotación de servicios básicos que los mismos precisan, así como la imprescindible continuidad de las actividades tradicionales que por los mismos han venido haciéndose en este territorio, principalmente la ganadería extensiva y la obtención de productos agroalimentarios, que se vería sometido a una profunda transformación si las mismas cesaran o disminuyeran notablemente.

Picos de Europa es un Parque humanizado en buena parte de su extensión y como tal ha de continuar, basando su gestión en la conservación de sus valores naturales y en el desarrollo socioeconómico de sus habitantes en base a las actividades tradicionales y sostenibles que en el mismo se viene desarrollando desde que los primeros pobladores humanos se asentaron en estas magníficas montañas, hace aproximadamente 12.000 años.

Por último, no debemos olvidar el enorme atractivo turístico que el Parque Nacional de los Picos de Europa representa, con más de 2 millones de visitantes anuales, siendo el segundo Parque Nacional español más visitado, después del Teide.

 Esta gran cantidad de visitantes que se acercan a Los Picos, por otra parte concentrada en lugares muy concretos como Covadonga y Fuente Dé, ha de ser objeto de una adecuada canalización hacia las instalaciones de uso público de las que dispone el Parque Nacional, tanto por cuestiones de seguridad en su visita, como para conseguir que la misma se haga con hábitos respetuosos hacia el medio natural y minimizando la presión sobre los ámbitos más frágiles del Parque.

Singular relevancia adquiere en este entorno el montañismo. Los Picos de Europa constituyen la cuna del alpinismo español.

Dentro del Parque Nacional se pueden realizar desde suaves paseos por el fondo de los valles, hasta ascensos a cumbres míticas, como el Urriellu o Peña Santa, circuitos de alta montaña, travesías de varios días pernoctando en alguno de los refugios de montaña presentes en el Parque, expediciones invernales e incluso la posibilidad de llegar a ciertas alturas sin tener que hacer uso de las piernas, mediante el Teleférico de Fuente Dé o el Funicular de Bulnes.

Más Información

https://parquenacionalpicoseuropa.es/

 

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